sábado, 27 de enero de 2007

Una especial invitación

Me gustaría, como donante de órganos que soy, hacer llegar a la conciencia de la gente la invitación a que haga donación de sus órganos.
A mí me llevó a una profunda reflexión, el testimonio de la vida de un hombre que vive con un corazón trasplantado. Que existe, gracias a la generosidad de otra persona. El veía cómo se le escapaba su vida, y alguien donó el corazón que él necesitaba. Ningún valor material podía salvar lo que era insalvable. Sin embargo, hubo una persona solidaria y generosa, que amaba la vida en los demás, y que puso parte de su propio ser, como es un órgano vital suyo, a disposición de un semejante que lo necesitaba.¡Decisión sublime!.
A lo largo de la vida, el hombre puede llevar a cabo muchas decisiones sublimes, relacionadas con la generosidad. Y puede escribir páginas gloriosas. Sin embargo, nada requiere tanto amor, en un ser humano, como darse a sí mismo, en sus órganos vitales. Una persona que tenía ese amor, y esa solidaria generosidad, puso su propio corazón a disposición de este hombre que lo estaba necesitando y se salvó una vida.
Pues bien este hombre de mi historia, reside en Salamanca, se llama José Antonio Pardillo y es Presidente de la Asociación de trasplantados de Corazón en Salamanca. Lo conozco hace tiempo, y sostengo con él un trato frecuente y afectuoso. Me consta, que es consciente de que debe su vida al corazón trasplantado que lleva, para el que siempre tiene palabras de agradecimiento.
Pues bien, yo quiero desde aquí felicitar a José Antonio Pardillo, por la alegría que transmite desde la situación de su vida, que no deja de ser muy aleccionadora; también por su esfuerzo en la promoción de los trasplantes de órganos.
Por mi parte, desde estas páginas, yo quisiera animar e invitar a los salmantinos a concienciarnos de la necesidad que tienen muchos humanos de ser trasplantados, y hacernos donantes de órganos. A ver si somos capaces de formar un colectivo tan numeroso, que satisfaga estas necesidades.