domingo, 28 de enero de 2007

Apunte de Piedrahita

En el camino de la vida, nos encontramos con pueblos, villas o ciudades, que suelen dejar en nosotros, una visión, más o menos clara de su peculiar personalidad, y que, de algún modo, siempre nos enriquecen.
Cuando se está en Piedrahita, siempre llaman la atención los impresionantes macizos de Credos, cuyas estribaciones bajan hasta tocar las propias casas de la villa. Y estas montañas, se abren a derecha e izquierda, formando inmenso círculo, que deja en su interior un fértil y grandísimo valle, en el que discurre la vida de los piedrahitenses.
Está emplazada Piedrahita en un paso importante de Castilla a Extremadura, y desde un punto vial del núcleo urbano, se comunica con Avila, Salamanca y Barco de Avila.
Si te interesa la historia, tienes que interiorizar acontecimientos que han ocurrido allí, como la batalla del Monte de la Jura, en la que el rey Ordoño y su aliado Fernán González, batieron a las huestes agarenas, obligándolas a desplazarse a Extremadura, pacificando así las tierras castellanas.
La cultura nos mostrará que están allí huellas muy importantes de nuestro ilustre poeta José María Gabriel y galán. Pues no en vano, permaneció en Piedrahita, como maestro de primera enseñanza unos quince años, entregado a la docencia y a la composición de sus bellos poemas. Allí hizo buenos amigos, y por allí andan algunos poemas suyos, que él dedicó durante su estancia en la villa. Yo he tenido la ocasión de conocer el edificio, que fue la escuela, en que ejerció el poeta. Hoy es el Centro de Salud, y muestra en su fachada una lápida, que recuerda el paso del poeta por aquel lugar. Al lado, se encuentra la casa en que vivió, por cierto, con la techumbre derrumbada. Me enteré de que el Ayuntamiento, ya tiene el proyecto de restaurarla convenientemente e instalar allí un museo que recuerde al poeta de Frades de la Sierra.
Allí está el Palacio del Duque de Alba, que ha sido habilitado para un espléndido centro docente.
Se cuenta como dato anecdótico, supongo que histórico, que el cuadro de La Vendimia, lo pintó Goya en Piedrahita, con motivo de haber sido invitado por el Duque, a pasar unos días, como huésped suyo, en su Palacio de la Villa abulense.
Puede considerarse como rasgo de hospitalidad de Piedrahita, el que haya acogido una Residencia, de la tercera edad, cuyos residentes son, en su mayoría enfermos, procedentes de los lugares más dispares de nuestra geografía. Es un edificio que prestigia a la Villa por su estructura moderna, espléndida y confortable. Anticipándose a ella, hay un hermoso estanque con aguas de color dorado, que dan nombre a la Residencia; se llama " Estanque Dorado".
También podemos asegurar que los piedrahitenses son personas amantes de la ecología, ya que acogen en su medio urbano a una familia numerosa de cigüeñas, pues solamente el tejado de la Iglesia Parroquial sostiene a una docena de nidos de estas aves, otro se asienta en la torre del Convento de las Carmelitas, y dos más se pueden ver, uno en la cuna de un pino alto y otro sobre la cumbrera de un tejado de un edificio moderno. Por tanto, en primavera, visitarán Piedrahita un mínimo de treinta flamantes cigüeñas.
Me consta que Piedrahita es muy rica en historia y en arte, pero basta con lo que dejamos dicho para un apunte de esta villa serrana y abulense.