sábado, 27 de enero de 2007

La Navidad se acerca

La Navidad llega y, como siempre, nos trae la fiesta y convoca a la alegría. A una alegría honda y auténtica, de todos, grandes y pequeños, ricos y pobres.
La Navidad tiene mucho de humanismo, porque el Niño que nace, viene a curar el corazón del hambre. De todos los hambres. Y cada uno vive la alegría de la Navidad de distinta manera. Según su capacidad de amar. Porque esta fiesta, en la que Dios se hace hombre, tiene mucho que ver con el amor, y con la libertad, y con la cultura.
Se ha escrito muchísimo sobre la Navidad, pudiéndose reflexionar sobre su significado y también sobre la manera de celebrarla, y de su folclore.
La verdad incuestionable es que Dios nos quiere. De lo contrario, no hubiera hecho el prodigio que hizo, haciéndose uno como nosotros, ya que le trajo terribles sufrimientos.
Una forma de celebrar la Navidad consiste en abrir el corazón a esta verdad, con lo cual el gozo será inmenso. Así podremos descubrir el abismo de bondad que viene en ese Niño, que nace en la mayor precariedad. Es un§ poco, lo que pide la fe en él.
Pero esta manera de vivir la Navidad, sin duda se exteriorizará con grandes manifestaciones de alegría como son villancicos, madrigales, espirituales negros y tantos contenidos de conciertos navideños que hacen las delicias espirituales del hombre.
¡Ah!, y también los turrones, mazapanes, cortaditos, obleas, uvas pasas, amén de buen vino, -con moderación-, que hacen las delicias del paladar, y tantas y tantas cosas buenas, si las sabemos descubrir, que tiene la vida. Por ejemplo: compartir con el que no tiene.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!