martes, 30 de enero de 2007

El dúo Mayalde

Sin duda, Eusebio y Pilar, dúo "Mayalde", son dos grandes intérpretes del folklore salmantino. Su actuación del jueves en La Alamedilla, ante una presencia masiva de personas, fue la mejor prueba de que conocen y sienten las raíces de nuestra cultura.
Eusebio, desde la poesía nos muestra el alma de la historia. Esa historia profunda sobre la que se asienta y edifica nuestra historia presente. Que trae a nuestra vida lo que está guardado en el baúl de los recuerdos, un tanto olvidado, para que lo vivamos y lo gustemos.
Ayer ví cómo vibraba la gente al contacto con su palabra y ante el manejo de los utensilios que utilizaba. Porque todo aquel menaje de cocina: sartenes, tapaderas, calderetas, cántaras, etc, etc, que hace años compartía su vida con el hombre en los ámbitos del hogar, y que muchas de ellas han sido retiradas del uso, echadas al trastero de la casa y relegadas al olvido, cobraban vida y emoción en sus manos.
Eusebio es un gran artista, enamorado de nuestra tierra, y muy sensible a todo lo que sea cultura tradicional salmantina. Se pudo constatar a lo largo del repertorio costumbrista ofrecido por él, a la vera de la VII Feria del Barro de Salamanca.
Cada una de las historias que nos contó, tenían un especial encanto, y sus brindis estaban llenos de aforismos y de filosofía popular.
"La Ronda" comentada y cantada por Eusebio fue un primor. Los que somos mayores, conocimos, si es que no la hicimos, la inolvidable ronda de los mozos por las calles del pueblo, que se detenían en las plazuelas para cantarle a las mozas, a las fiestas del lugar y a las tareas más representativas del campo.
La representación de la escena del cazador de perdiz con reclamo, fue tan viva que te hacía presente el canto de esta ave, peculiar y típica de nuestro entorno paisajístico, con su libertad y con el propio drama de su vida; "cuarenta tajas": ¡quien las comerá!.
"La Loba Parda" es una trágica leyenda que yo aprendí siendo niño, de labios de mi padre, y al escucharla en la voz de Eusebio se llenó mi espíritu de aquellas felices resonancias infantiles.
Eusebio y Pilar se despidieron de nosotros con "La Polla". Una historia llena de encanto y de gracia, también muy conocida. Sin duda el protagonista supo sacar provecho del talento que recibió, ya que con una sola polla, mediante una negociación inteligente, consiguió comprar nada menos que a Madrid con todos sus madrileños.
Fue una tarde inolvidable. ¡Gracias Eusebio y Pilar!. Hasta otra.